El Balance Imperfecto

No te da el tiempo para hacer todo lo que tienes en tu agenda? No estás solo.
Es normal en las organizaciones de hoy que las personas sientan que la cantidad de tareas es mayor al tiempo que se tiene para hacerlas.  El efecto de esto, para el empleado responsable, es largas horas de trabajo, mucho estrés y poco balance de vida. Contrastado esto con que los nuevos gerentes son parte de una generación que trabaja para vivir y no que vive para trabajar, es frecuente que una meta de un líder sea aprender a priorizar.

Es decir, los jóvenes y responsables gerentes quieren cumplir con sus tareas y crecer en el mundo organizacional, pero también quieren tener una vida social y familiar.  Muchos incluso, la quieren perfecta.  En consecuencia, la larga lista de tareas laborales compite con una igualmente larga lista de roles familiares y sociales, que puede lucir así:  ser el mejor gerente, colega, empleado, amigo, hermano, hijo, esposo, padre, estudiante, jugador, yerno y además creyente.  Por supuesto, esta arrastra otra no menos larga lista de características personales, que puestas en femenino lucen así:  competente, empática, inspiradora, confiable, responsable, cariñosa, hermosa, flaca, ejemplo  inteligente, dedicada, devota y por que no? con la piel tersa. (Algo así como una mezcla de Hillary, Angelina y la Madre Teresa)

Al tratar de encontrar como hacer y ser todo eso, es fácil pensar que la tarea es aprender a priorizar, es decir, aprender a ser más organizados y eficientes.

Esto esta muy bien y ciertamente es posible aprender a ser más organizado.
Pero resulta que esa es solo una buena respuesta…a la pregunta equivocada.
La clave muchas veces no esta en cómo hacer Más, sino en aprender a hacer Menos o ser Menos Perfectos.
Toma tu lista de tareas, roles o adjetivos y pásalas por este filtro de CANTIDAD:
En este momento:
– Cuál es tu gran objetivo de vida?
– Cuáles de esas tareas/roles/adjetivos apoya ese objetivo?
– Cuáles de esas tareas tienes que ejecutar tú? Cuales de esos roles tienes que asumir tú?
– Cuáles tareas puedes delegar? (A quién puedes desarrollar?). Cuáles roles puede jugar otra persona en este momento?
– Cuáles de esas tareas o roles son de identidad (que sirven para apoyar la identidad pública que has construido) y ya no son necesarios?
– Cuál es el verdadero costo de soltar lo demás?
– Cuál es el costo real o de oportunidad por no soltar?
Si eres un perfeccionista, podrías pasar tus listas por este otro filtro de CALIDAD:

– Qué puedes hacer de forma menos perfecta y que aún esté bien? Un 91 y un 100 igual te dan una A, pero no cuestan lo mismo, cierto?

– Para quién puedes ser una B perfecta?

Al final, la gran pregunta es, que valoras más en este momento?

Si crees que lo valoras todo—o más de lo que puedes efectivamente realizar—piénsalo otra vez pero con lápiz:  haz un lista de actividades realizadas en una semana típica de tu vida. Este inventario de tiempo usado es una foto de tus compromisos reales. Ya estas tomando una decisión de lo que realmente valoras con tus acciones.  Hazlo ahora con tu consciencia. Te llevan todas esas acciones a donde quieres llegar?
Es racional y normal querer tenerlo TODO, AHORA Y PERFECTO.  Pero emocionalmente no es humano y casi nunca llega a ser real.  No hablo de ser mediocre, ni planteo abandonar nuestro ideal, pero si es necesario aprender que valorar de verdad muchas veces implica renunciar.  Cantidad y/o calidad.

A qué te atreves tú a renunciar?